jueves, 13 de diciembre de 2007

Debate televisado

Después de 15 años sin que se celebre ninguno, para estas elecciones por fin va a haber un debate electoral entre los dos principales candidatos al puesto de Presidente del Gobierno.

Para sorpresa de todos, Rajoy ha vetado tanto a Televisión Española como a La Sexta. Ay, no, no he empezado bien este párrafo. Lo de “sorpresa para todos” puede que no sea cierto, ya que conviene recordar que hace aproximadamente un año Rajoy vetó a todos los medios de comunicación de Prisa porque no le gustaba como daban la información. En cualquier caso parece que se le ha olvidado incluir a Cuatro en su cruzada actual.

No deja de tener su gracia que precisamente en el PP se sientan maltratados por la televisión pública y critiquen su pluralidad, cuando ahora se tiene un Director General del medio consensuado en el parlamento (elegido por dos tercios del hemiciclo, y si no recuerdo mal ellos votaron a favor de su nombramiento) mientras que en la etapa del gobierno del PP, RTVE fue condenada en Bruselas por falta de pluralidad y objetividad (aquel impagable Urdaci leyendo lo de CE-CE-O-O, o aquel Telediario narrando los vítores a la Ministra mientras se oía de fondo un clamor de abucheos, ¿os acordáis?).

Bueno, aparte de que no podía dejar pasar la ocasión de meterles un poco el dedo en el ojo, me preocupa un tanto lo de estos debates.

A pesar de haber oído por ahí que Zapatero tiene más que ganar que Rajoy, si algo han demostrado los peperos es la absoluta fidelidad de sus votantes, mientras que los del PSOE son más veletas que el Giraldillo.

Los señores del PP sólo durante ésta legislatura han roto el pacto antiterrorista echando las culpas al otro (el pacto antiterrorista decía que la política en esta materia la fija el Gobierno y que la oposición se calla y da tabaco), han mentido sobre el 11M y en su empecinamiento por defender su tesis de que había sido ETA, han llegado al extremo de defender los intereses de los terroristas islamistas, han bloqueado instituciones judiciales como el CSPJ, incluso han sido reprendidos duramente por el Tribunal Constitucional por intentar bloquear su funcionamiento por sus intereses partidistas, han estado involucrados en incontables casos de corrupción,… hasta se mofan del cambio climático porque a Rajoy “se lo ha dicho su primo”. Y da igual, no tienen bajones en la intención de voto. Han conseguido que sus bases vean en Zapatero la reencarnación de Demonio, el Mal en estado puro, como “los rojos” en tiempos de Franco.

Cuando en la campaña electoral para el Ayuntamiento de Madrid Miguel Sebastián preguntaba a Gallardón por su relación con Montserrat Corulla, implicada hasta las trancas en el caso “Malaya”, intentando destapar delitos de prevaricación en temas urbanísticos, Gallardón se salió por la tangente diciendo que eran “asuntos personales” y que de eso no hablaba. O sea, ¿Qué si te follas a la señora con la que prevaricas ya no es delito? Pues bien, el asunto no sólo no supuso un disgusto para Gallardón, sino que se convirtió en el cadalso político de Sebastián.

No hace mucho, en “El País” publicaron un artículo de opinión sobre la “izquierda volátil”. Básicamente venía a decir que a pesar de que hay más votantes de izquierdas que de derechas, dependiendo de cómo se reparta el voto entre PSOE e IU el resultado puede ser radicalmente distinto.

Pone como ejemplo las elecciones de 1996 y de 2004. En la de 1996 la izquierda obtuvo 12,06 millones de votos y la derecha 9,76 y en la de 2004 la izquierda obtuvo 12,06 millones de votos y la derecha 9,72. En la primera el PP se llevó la mayoría absoluta porque IU se llevó un 11%, mientras que en la segunda la victoria fue del PSOE porque IU se llevó sólo un 4%. Esto es consecuencia de la ley d’Hondt y de que la ultraderecha en España no existe porque ya se encuentra representada por el PP, y por tanto su voto no se fracciona.

Pues con todos estos mimbres miedo me da que en el debate le pregunten a Zapatero por el precio del kilo de habas y que a la gente le parezca muy mal que el Presidente del Gobierno no vaya al Lidl a hacer la compra, o que no pase la mopa en casa, y que al final la gente de izquierdas no vaya a castigar a Rajoy por la legislatura que nos ha hecho pasar, porque los suyos si que van a ir.

Cuando sea el En el momento de votar acordaros de cómo han sido estos cuatro años, no sólo del detalle del debate en el que ZP os pareció un tonto’l’haba.

P.D. No me siento bien representado por el PSOE, pero les considero un mal menor.

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