sábado, 2 de junio de 2007

Decepción

Decepción, profunda decepción para mí en las elecciones recién celebradas y sobre todo, por supuesto, en Madrid.

No tanto por Gallardón, que si bien saltándose a la torera todas las normas europeas por la declaración de impacto medioambiental, ha transformado Madrid en una legislatura. A pesar de los tres años de hacer invivible la ciudad, a pesar de los parquímetros en barrios obreros, ha cumplido lo prometido.

Sí por Esperancita, que prometió dimitir si no bajaba las listas de espera a un mes, y no lo cumplió. Manipuló burdamente las cifras, no contabilizó lo que no le dio la gana y tenía que haberse ido. La misma Esperancita que sobornó (es mi firme convencimiento) a dos diputados del PSOE para hacerse con el poder.

Además, ha privatizado los nuevos hospitales que está construyendo, con un coste infinitamente superior a lo que hubiera costado hacerlos. No entiendo como la gente puede haberla votado.

En cualquier caso soy consciente de que hay mucha más gente que “ha ganado estas elecciones” que los que “las hemos perdido”. Acepto el resultado.

Pero lo que me entristece de verdad es el espaldarazo a la política terrorista que está llevando Rajoy en la oposición. Esa política irresponsable que está poniendo el listón de lo que es posible hacer en política en el nivel más miserable que se pueda llegar a conocer.

Miseria moral.

Hay una parte de la población que nunca votaría al PP. Igualmente hay una parte de la población que jamás votaría al PSOE. Me parece bien. Respondemos a patrones morales diferentes, somos diferentes y pensamos diferente. Respeto absolutamente su derecho a pensar como mejor les plazca.

Pero hacer que esos dos grupos sociales se sientan tan, pero TAN enfrentados, por el único afán de “querer ser Califa en lugar del Califa” me parece terrorismo social.

Y espero que aquellos que se sientan cercanos al PP, pero que sin embargo están leyendo esto, piensen con una cierta imparcialidad en como ha ido esta legislatura.

Zapatero está siendo un presidente que está tomando algunas decisiones un tanto más extremas de lo normal. La ha liado con más de un tema, esté yo de acuerdo (lo del matrimonio homosexual p.e.) o no (el estatuto catalán p.e.).

Pero no creo que se le pueda negar considerar el responsable de la crispación. Ha gobernado con el acuerdo de toda la cámara, excepto del PP, toda la legislatura.

Y esa exclusión ha sido siempre el PP el que la ha creado. Ha sido autoexclusión, pero eso sí, responsabilizando en cada caso al Gobierno por la misma. De verdad, eso es lo que yo he vivido.

¿Cómo pueden reclamar al Gobierno la ruptura del pacto antiterrorista cuando, simplificado, dice dos cosas: UNO, el Gobierno fija la política antiterrorista. DOS, la oposición se calla y da tabaco?

O sea, que yo le fijo al Gobierno la política antiterrorista que tiene que llevar o, si no, rompo la baraja y aquí no juega ni Dios.

Y están enfrentando a esos dos grandes grupos sociales que mencionaba antes. Con todo el juego sucio posible.

Quiero que en España haya un partido de derechas que represente a mis adversarios políticos. Pero no éste. A estos impresentables, que no les vote NI DIOS.