jueves, 24 de abril de 2008

La “Apisonadora” Feminista

Que viva la libertad de expresión. El CES se ha visto obligado a retirar un informe sobre “Tratamiento de la violencia de género en España y en la Comunidad de Madrid” porque las conclusiones a las que llegaba no han sido del gusto del lobby feminista patrio.

Aquello de Voltaire de “No estoy de acuerdo con lo que dices pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo” debe estar pasado de moda.

He intentado en “El País” leer la noticia original, la de la publicación, para incluiros algunas de las ideas que defendía el informe, por cierto firmado por una mujer, pero no me ha sido posible hacerlo como siempre.

En la página Web de este diario siempre aparecen los enlaces con las noticias relacionadas, pero en este caso y “misteriosamente” se le ha olvidado. Cada cual que juzgue lo que quiera.

Finalmente y por otros medios he encontrado dicha noticia, y de lo que se le acusa al informe es de decir (literalmente sacado de “El País”):

1) Las mujeres consideran que el documento "pisotea" sus intereses
2) Éste considera "privilegios" las ayudas públicas, se sugiere que con ellas se motiva a las maltratadas para que "prefieran ser víctimas", y se afirma que dictar órdenes de alejamiento "en forma desmesurada genera problemas de control".
3) El informe, publicado el pasado marzo, afirma, entre otras cosas, que con las ayudas públicas previstas para las víctimas "se está motivando a que las mujeres, en vez de esforzarse por conseguir un mejor empleo, una mejor remuneración o mejores condiciones laborales, prefieran ser víctimas de la violencia de género para así obtener todos los mencionados beneficios con menor esfuerzo".
4) Asimismo, considera que "las mujeres que denuncian al maltratador lo hacen porque necesitan alguna medida cautelar para prevenir futuras agresiones y/o porque requieren beneficiarse de alguno de los privilegios que le brinda la ley".

Si esto es todo lo que han sacado de un informe completo, sabiendo que lo habrán descontextualizado, me gustaría tener acceso al documento para leerlo… Uy no, que tonto, que lo han retirado.

lunes, 21 de abril de 2008

La que se está liando en el PP.

Parece mentira. Lo bien avenidos que estaban antes de las elecciones y ahora los cuchillos vuelan. Particularmente, no quiero que gane Rajoy, pero tampoco quiero que gane Esperancita.

Los dos provienen del aznarismo que nos metió en la guerra de Irak. Y aunque a ellos les encanta decir que de aquello ya ha llovido mucho desde entonces, lo tienen en su curriculo. Y mientras en el PP no haya renovación, también el partido.

Además, Rajoy representa la continuidad de la política de confrontación de los últimos cuatro años. Lo que ha hecho esta legislatura ha sido para descalificarle como político y como persona. Ha intentado reventar todas las instituciones posibles para hacer el país ingobernable, ha emponzoñado, ha mentido, nos ha perjudicado a todos sin importarle un bledo…

La otra, por su parte, es la máxima responsable de que los ocho hospitales que se han hecho (o se están haciendo) en Madrid vayan a estar en manos privadas durante un par de décadas o más, o de tantos asuntos turbios que no vale con un armario para meter los muertos, necesita un Ikea para ella solita.

El otro día, charlando con un amiguete, venía a decirme que los únicos que pueden opinar sobre quien debe dirigir al PP son los del PP, que es a los único a los que les afecta.

De ninguna forma estoy de acuerdo. Lo que pase en el PP nos afecta a todos.

No es lo mismo que la oposición la dirija alguien con quien se pueda hablar y negociar, aportando ideas, soluciones y puntos de vista, buscando lo mejor para el país, que un hatajo de cafres que no respetan que la mitad de la sociedad no les haya votado (qué osadía).

Y ese planteamiento no pienso que lo vayan a cambiar ni el uno, ni la otra. El uno no merece ni el comentario. De la otra podemos recordar cosas como que “todas las personas de bien” eran las que estaban en la manifestación que ellos habían convocado.

Quizá Gallardón fuera un poco menos bestia. Quizá más dialogante, pero tan extrema derecha como los otros dos: es el delfín de Fraga.

Y también está Camps, que, por lo menos, no ha sido ministro de aquél gobierno que nos metió en la guerra, pero también tiene en su haber la privatización de la Sanidad Valenciana.

Uff, salimos de Guatemala y nos metemos en Guatepeor…